sábado, 28 de noviembre de 2009

Actualiza: Skarlangas

West Coast

Subió en su monopatín. Atardecía. ¿El cielo? Naranja. Se sintió muy americano. Escuchó "The Stranglers" a través de sus cascos, conectados a su vez a su nuevo teléfono móvil. Cada vez más rápido. A su lado, la costa. Costa Oeste. California, o algo así, no sé muy bien. Demasiada luz roja, habría preferido que fuese más de noche.
Se creía un filósofo en potencia. Compraba muy a menudo tabaco picado. Pensaba que liaba demasiado bien los cigarros. También solía comprar guitarras eléctricas. Nadie sabía el porqué, pues no tenía ni idea de música. Le gustaba su vida. Bueno, a decir verdad, nunca se había detenido a pensar si su vida le satisfacía. Supuso que sí. Asintió. Un alto en el camino. De nuevo, vuelta al sonido monótono de la fricción ruedas-baldosas. Su mente recreó voces con eco. El atolondrado adolescente se llamaba Matt, o Mike, o Manolo, o Yao, qué más da. ¿Acaso tiene relevancia en la historia el nombre del maldito chaval? ¿Pero qué historia, si esto no es nada?
Le estaban mirando. Se vanaglorió. Cerró los ojos. Sus párpados cayeron lentamente y se posaron en sus marcadas ojeras. Escuchaba un incesante ruido, algo parecido a un estridente chirrido continuo. La brisa castigó su cabello, oculto bajo una exagerada gorra blanca. No le apetecía abrir los ojos. ¿Para qué?
Se dejó llevar.
Llegó a los raíles y su tontería finalizó con una mezcla de metal oxidado y humo, mucho humo.
Se dejó morir.

1 comentario:

  1. Escuchó "the stranglers" o "the skarlangers"?

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